Oh la la.


Hace más de dos años que tuve el placer de visitar la que para mi, es la ciudad más bonita del mundo. No sabría explicar porqué. Puede que pasear por sus calles, el ambiente, su todo. Fue un viaje mágico. 

La ciudad del romanticismo. (Y no me refiero romanticismo refiriéndome al amor, no.) La exaltación del sentimiento, la pasión. Los cafés y callejuelas por las que se perdieron grandes artistas. París sin duda, es una ciudad inspiradora, un lugar para soñar. Y así se me quedó la necesidad de regresar. Me imagino viviendo en una buhardilla de Montmatre. Paseando por la orilla del Sena. Disfrutando de las noches lluviosas, de los destellos.

Aquí os dejo la foto que tomé de la Torre Eiffel y el posterior dibujo que hice. No es gran cosa, pero tampoco soy muy mañosa con el lápiz.


Y aquí, unas cuantas fotos tomadas en París. Simplemente, quiero volver.










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