Vivir la inspiración

La inspiración, la gran fugitiva. Cuanto más la buscas, menos la encuentras. Esperamos que aparezca de casualidad, casi por arte de magia. Muchas veces, no sabemos en que inspirarnos; como escribir, dibujar, crear... Entramos en un circulo vicioso de estancamiento, del cual cada vez es más complicado salir. El bloqueo nos lleva a adentrarnos en temas rebuscados que poco a poco, van perdiendo el sentido, la cercanía  Olvidamos lo más importante. La inspiración no es más que sentimiento. Es tan solo, coger un lápiz y dejarse llevar, irracionalmente, dejar que todo fluya. Se trata de no releer lo escrito, de no borrar los errores. Y es que la mejor técnica es, sin duda, la del corazón. Los humanos tenemos esa horrible tendencia de olvidarnos de el, de vivir sin locura, sin pasión. La inspiración, ese gran mito. No hay que tenerla, hay que vivirla. Luchar por todo aquello que un día soñamos, creer en ello y saber que es posible. No desalentarse con comentarios ajenos. Porqué la inspiración también es eso, vivir de un modo diferente, vivir de verdad.



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